autoestima

Autoestima, una forma irreal de valorarnos

En esto de la psicología, he de decir que no sé muy bien porqué, pero hay determinados conceptos que como si se tratase de la colección de una marca de ropa, se ponen de moda y todo el mundo habla de ellos. Curiosamente como sucede en la industria textil, las modas son cíclicas, la falda pantalón que se llevaba en los 90 se deja de llevar en el 2010 y vuelve en el 2020. Así mismo la autoestima se llevaba por los 90 pero se dejó de llevar, las pasarelas se llenaron de empatía, siendo esta la palabra fhasión de los 2000 pero cayó en desuso porque nadie podía resistirse a los encantos de la asertividad, aunque ésta sucumbió al poder de la resiliencia.

La autoestima seguía teniendo sus adeptos digamos que no había desaparecido de las tiendas, es lo que suele llamarse en la moda un básico. Pero parece ser que vuelve, que va ocupar otra vez más ese lugar principal entre los focos y las cámaras. Aprovechando esta coyuntura, se me ha ocurrido apuntarme al barco para hablar un poco sobre este término que volvemos a introducir en nuestra habla habitual.
autoestima - realidad inventada

En primer lugar, me gustaría comentar que el concepto autoestima fue utilizado por primera vez por el padre de la psicología moderna William James, en 1890 para referirse a la medida en que las personas se valoran a sí mismas de acuerdo al éxito o fracaso percibido en alcanzar sus objetivos.

A partir de ese momento, cada corriente psicológica le daba su propia interpretación al término, tanto desde un punto de vista descriptivo como de importancia que tiene en el desarrollo personal. No es mi intención en este artículo repasar las distintas corrientes y sus distintas acepciones sobre la autoestima.

Pero he de decir que para ser justos todo lo que pueda comentar a continuación, está hecho desde la corriente teórica que yo sigo como psicólogo que no es otra que la terapia breve estratégica.

Desde la Terapia breve estratégica la autoestima se concibe como algo que se construye y no como algo que se hereda y como tal uno tiene que sufrirla como una condena impuestas por el determinismo genético. Tienes que soportar lo que te ha tocado, durante toda tu vida.

Es importante tener clara esta diferenciación conceptual, ya que cuando hablamos de que se construye, hablamos en dos vertientes.

  • Hablamos de que es un constructo, es decir, es un concepto abstracto que construimos, es una idea, que usamos para definir una forma de percibirnos, sentirnos.
  • El constructo es construido (valga la redundancia), es decir, somos nosotros los que podemos construirla, podemos hacer que mejore, aumente etc.

Basándonos en estos dos conceptos podemos hablar de la autoestima como una PERCEPCIÓN, y como bien sabemos las percepciones son subjetivas, son una interpretación de la realidad, como solemos denominarla, es una realidad inventada. Inventamos la realidad en base a nuestra biología y nuestra biografía. Entonces nuestra autoestima (la percepción de nosotros) no sería nada más que un invento, mejor dicho, una realidad que hemos construido, que hemos inventado. Luego, si no nos gusta, ¿la podremos reinventar o reconstruir? La respuesta ciertamente es SI, por supuesto, de eso se trata. Entonces., sería como decir si me estoy percibiendo de una forma negativa, donde me valoro, mal, ¿qué debería hacer? Pues, aunque parezca de perro gruño, la respuesta es: percíbete mejor. Si sabemos que la percepción negativa es un autoengaño, ya que es una realidad inventada por uno mismo, invéntate otra realidad, que vaya mejor para tus intereses. Se trata de pasar de un autoengaño disfuncional (la visión negativa) a un autoengaño funcional (visión más positiva de uno mismo). ¡Como que fuera tan fácil! Efectivamente, trabajar la autoestima no es algo que se consiga rápidamente, es por lo comentado anteriormente, (cambio de percepción) que requiere una reestructuración total de la forma de ver el mundo del paciente, es un tipo de trabajo que pertenece a eso que se llama el crecimiento personal y como tal ha de convertirse en una actitud individual que habrá que vigilarse y revisarse a lo largo de toda la vida.
En definitiva, desde la consulta, se iniciará un trabajo, donde se enseñarán unas pautas más funcionales de percibir, pero después será el paciente el que tendrá que seguir poniéndolas en práctica a lo largo de toda su existencia. Al principio le costará, pero con la práctica se volverá en algo natural y lo hará de forma inconsciente. 

No hay nada artificial que no se pueda volver natural con la práctica, ni nada natural que no se pueda volver artificial

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